jueves, 4 de noviembre de 2010

Cumpleaños...


Dabamos que hablar... yo se muy bien que dabmos mucho que hablar. Causabamos entre otras cosas envidia, esa envidia que los humanos le tienen a lo que no conocen, esa envidia de vernos regresar abrazados después de los trasnoches, esa envidia de decirle absolutamente todos los días cuan linda era y cuan feliz era con ella.

Me encantaba provocar la envidia de todos quienes me veian, además, con Antonella... al caminar, si mirada aguda y sus caderas conjugaban una mezcla perfecta entre sus formas armoniosas y delgadas.


Ya por estas fechas y casi 4 estaciones después. Doy que hablar igualmente... ahora por mi caminar seguro y mi mirada triste... por volver a vivir la noche, que aunque sea solo, me llena un poco más de alegrias y alergias, ambas incomodas...

Miro el reloj, tres de la mañana, nadie en las calles... otra noche que se va acabando y caminé solo por santiago una vez más, entro a tomarme el último de la noche a un pequeño bar con piano... no había músico y toque una linda canción mientras tomaba mi old fashion Ay! amor de Bola de nieve.

Faltaban quince días para cumplir un año más... quince días para recordar días que antaño vivía muy acompañado y lleno de alegría... la vida fué cambiando, solo eso, ahora tengo otras cosas que hacer, y muchas más razones por las cuales morir... A pesar de los extrños calores que hacían por esos días, cuando llegué a mi casa y pensé que ya nada podía taerme recuerdos añorados... me tendí en la cama escuché a Vivaldi y llovió...

-Gran error.

Santiago, madrugada del 1 de Noviembre de 1960.

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