miércoles, 17 de marzo de 2010

Santiago Blues #4


Había amado tanto a Rosita que nunca pensó en que las promsas serían rotas, falsas. Su vida siempre había transcurrido en un ir y venir de frustraciones y al final sabía que siempre sería así... Volverían los días de ir a escuchar jazz a los antros, siempre iba a ver un grupo y le llamaba mucho la atención de un contrabajista que veía cada vez que ib a cierto club. Era un hombre de semblante muy triste y veía en su forma de tocar una expresividad, que a pesar de ser usual en los músicos, era algo diferente... él irradiaba la tristeza por todos sus poros.

Un día después de la catástrofe salió a caminar por un enrarecido Santiago a saborear las frustraciones de las que había sustentado una vida entera, cuando se le hizo tarde escuchó un piano en un bar y decidió entrar... Para su sorpresa en la barra estaba sentado tomando cerveza ese contrabajista que siempre veía en los clubes.

-Disculpa siempre te veo tocar, me gusta mucho el jazz, dejame invitarte a una cerveza.

-... bueno, no deberia haber problema... un gusto.

Conversaron bastante durante esa noche, y luego fumaron un poco de marihuana que tenía el que habia invitado... se contaron varias penas. Él se contentaba con ir a los conciertos porque cuando aún era un estudiante tuvo problemas en sus tendones y no pudo tocar nunca más. Por alguna extraña razón se entendieron muy bien al conversar y concordaron con muchas historias. fué extraño que se conocieran en una situación tan espontanea... uno ahogaba las penas en un bar... el otro entró a lo mismo...

-Quizá este séa el comienzo de una gran amistad...

- Ya lo creo, hombre, ya lo creo...

(En el dado vió un "tonto" cuando entró en su casa)


Santiago, inconcluso verano de 1960.

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