miércoles, 24 de marzo de 2010

Paráfrasis a la Pena #1


Los días lluviosos aún no llegaban y eso desesperaba mi conciencia vana. La necesitaba, necesitaba esa hermosura que había vivido meses antes (el inverno pasado) de días frios, grises y de su mano… mis lustrosos zapatos, que antes parecían refulgir junto a los tacones de ella, terminaron por convertirse en un triste harapo… Barrio Franklin no era lo mismo hace casi 2 meses, pero hace 2 semanas todo había muerto. Caminar por la ciudad tan llena de gente me hacia sentirme extremadamente solo.

Extrañaba de inusual forma la manera en que su cuerpo se contorneaba armonioso en la pequeña cama de bronce mientras de fondo se podía escuchar algún nuevo disco barato de jazz para trasnochar… las palabras, los gemidos. Sus caderas punzantes, su cintura estrecha, sus muslos firmes… debería empezar a olvidar como mi lengua se revoloteaba en su pubis … si no, había posibilidades de muerte… pero ¿que importa? ya lo he estado antes y al final… no, al final nada. Estar muerto es lo peor.

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